Cuando hablamos de prevención tenemos que dividirla en 3 niveles:
- Prevención primaria: implica la educación en sexualidad, estudios de prevalencia de los trastornos sexuales, modificacion de factores socioambientales que permitan una sexualidad más saludable e incrementar los recursos y habilidades personales en lo referente al erotismo.
- Prevención secundaria: conlleva la desarrollo de pruebas diagnósticas, optimización de las estrategias de intervención junto con la creación y mejora de instituciones y centros de atención de salud sexual.
- Prevención terciario: consistiría en la rehabilitación sexual de las personas con necesidades físicas especiales, reeducación de personas con necesidades psíquicas especiales y atención a la sexualidad en la enfermedad crónica.
Cuando hablamos de promoción de salud sexual podemos hablar del asesoramiento y educación sexual que se llevan a cabo en centros de salud de la mano de médicos, enfermeras, trabajadores sociales, y en institutos de la mano de educadores sociales y/o maestros o profesores. En estos cursos o talleres se les ofrece información sobre una sexualidad responsable donde además de conocer sus cuerpos aprenden los métodos anticonceptivos y las enfermedades de transmisión sexual, o las maneras de reconocer si están siendo víctimas de violencia de género y cómo ponerle solución.
En sexología tenemos un gran campo de estudio y una gran población a la que favorecer. Aún queda mucho por hacer, ya que, aunque los sexólogos nos dediquemos, como he nombrado anteriormente, a la prevención, promoción y tratamiento, sigue habiendo mucho desconocimiento y/o muchos tabúes en la sociedad. Por lo que seguiremos trabajando para que nuestra salud sea holística y abarque todo lo concerniente al ser humano, física, mental y socialmente hablando.
