¿Qué son las técnicas de relajación?
¿Es negativo el estrés?
¿Para que se usan las técnicas de relajación?
Entrenando una habilidad
Cualquier procedimiento de entrenamiento en relajación y respiración se establece como un método de autocontrol que sólo produce mejoras sustanciales si la persona es consciente de que la relajación es una nueva habilidad que debe aprender. Los distintos programas de entrenamiento están diseñados como procesos de aprendizaje de la habilidad de relajarse, utilizando instrucciones de forma sencilla, monótona y ordenada tanto en las sesiones como en su progreso.
El terapeuta no induce la relajación, sino que desempeña un importante papel como instructor de la misma, ayudando a la persona a dominar la técnica con más rapidez y eficacia.
Es imprescindible la participación activa y la cooperación de los clientes, manteniendo una actitud de compromiso en la adquisición de la técnica. Esto requiere una práctica regular disciplinada, ya que los beneficios no son inmediatos y precisan de un periodo de entrenamiento.
Es importante que la persona tenga unas expectativas adecuadas sobre el proceso y que no parta de creencias erróneas acerca de los efectos inmediatos de la técnica. Estas falsas creencias pueden derivar en el abandono del entrenamiento en relajación. El cliente debe conocer que la práctica no producirá resultados positivos a corto plazo, y que el objetivo de la fase inicial del entrenamiento es el aprendizaje de la técnica.
Además, debemos evitar de caer en el error de pretender alcanzar el estado de relajación mediante estrategias activas. Como el sueño, la relajación viene por sí sola y todo esfuerzo por relajarnos nos traerá el efecto contrario al que buscamos. Debemos, entonces, tener una actitud de «dejar que suceda», lo que en ningún caso implica perder el control, ya que la persona mantiene la capacidad de decisión en todo momento.
Diferentes métodos de entrenamiento en relajación y respiración
En los distintos métodos de entrenamiento se han utilizado fundamentalmente cuatro tipos de estrategias:
- Ejercicios de tensión-distensión muscular, característicos de la relajación progresiva de Jacobson
- Estrategias de sugestión, imaginación y concentración de la atención, como ocurre en la relajación autógena y en la meditación.
- Entrenamiento en el control voluntario de las respuestas fisiológicas indicativas de los niveles de activación mediante técnicas de biofeedback.
- Procedimientos de respiración, donde el control de la respiración es la estrategia central para regular la activación fisiológica.
Tradicionalmente a aquellos programas que utilizan predominantemente estrategias de tensión-distensión, respiración y control de respuestas fisiológicas por biofeedback se los ha denominado «relajación física», y a aquellos centrados en sugestiones de modificación de sensaciones corporales y concentración de la atención se los ha etiquetado como «relajación cognitiva».
Determinados métodos pueden ser más efectivos que otros en la reducción de respuestas específicas de ansiedad y estrés en función del perfil de la persona y los síntomas que presente. Así, personas que experimenten síntomas somáticos de ansiedad se beneficiarán en mayor medida de técnicas de relajación física como la relajación progresiva o las técnicas de control de la respiración, mientras que aquellos con síntomas cognitivos mostrarán mayores beneficios con técnicas de relajación cognitiva como la meditación.
El empleo de métodos dirigidos a intervenir sobre el foco de mayor reactivada puede hacer la intervención más rápida, efectiva y duradera.
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María del Amor Garcés Santamaría.
Psique Sana. Centro de Psicología y Crecimiento Personal
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